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“Política Cambiaria en Chile”

Trabajo Escrito por H Alayo S Labbe y Francisco Riveros

1. Introducción

En este trabajo, presentaremos como se ha manifestado la política cambiaria en chile, dividiendo por periodos históricos que marcaron hitos en la economía. En primera instancia, mostraremos una pequeña referencia teórica para explicar los determinantes del tipo de cambio y su incidencia en la economía. Luego analizaremos el periodo antes de 1973, posteriormente analizaremos el periodo entre el 1973 y 1990, para luego analizar el periodo de la década de los 90’s, finalización con la situación actual del país, en donde expondremos las políticas adoptadas por la autoridad de la época frente al caos económico heredado del gobierno de la Unidad Popular, para luego hacer frente a las crisis internacionales.

2. Marco Teórico

El tipo de cambio en palabras sencillas, es la cotización de una moneda en términos de otra moneda; Este expresa el numero de moneda que hay que dar para obtener una unidad de otra moneda, la cotización o tipo de cambio se determina por la relación entre la oferta y la demanda de divisas, en otras palabras, el tipo de cambio se determina por la relación entre la oferta y la demanda de moneda nacional con el fin de realizar las operaciones internacionales del país.

Al ser el tipo de cambio una variable económica clave, la determinación del sistema cambiario es relevante y debe estar vinculada, a más de los objetivos y prioridades de política. En el caso de los objetivos de la política cambiaria, la elección del régimen de tipo de cambio puede estar, condicionada a controlar la inflación, a disminuir la volatilidad del producto o a incrementar la competitividad de las exportaciones.

En general, dada la importancia del tipo de cambio en la asignación de recursos y en la transmisión de las expectativas, dos serían las características básicas que debería poseer un régimen óptimo:

· Reducir al máximo los movimientos bruscos, no predecibles y transitorios del tipo de cambio.

· Ajustarse a sus movimientos permanentes.

En consecuencia, en los regímenes más extremos de tipo de cambio, no cumplen con estos requisitos, por lo que se ha generado un nuevo concepto o interés en los tipos de cambio “administrados”, lo que llamamos: Bandas Cambiarias. Esta política de bandas respondería a las características señaladas anteriormente, ya que pretende manejar el tipo de cambio real mediante el establecimiento de una zona objetivo en términos de paridad cambiaria[1].

Tipos de Cambio:
En los tipos de cambio puede existir flexibilidad o rigidez, como un conjunto de infinitas variables dentro de los tipos de cambio, como se detallan a continuación:

  1. Tipos de cambios rígidos y flexibles.
  2. Tipos de cambios fijos y variables.
  3. Tipos de cambios únicos y múltiples.

1. Cambio Rígido
El tipo de cambio rígido es aquel cuyas fluctuaciones están contenidas dentro de un margen determinado.

2. Cambio Flexible
El tipo de cambio flexible es aquel cuyas fluctuaciones no tienen límites precisamente determinados, lo que no significa que tales fluctuaciones sean ilimitadas o infinitas.

3.1 Uniones Monetarias:
Es cuando el país renuncia a la emisión de moneda propia, con lo cual el tipo de cambio desaparece como variable.
3.2 Incorporación a una moneda individual:
Es cuando el país de origen engancha su moneda a la de un país importante, que usualmente es el principal socio comercial, así mismo existen formas duras y blandas de enganche.
3.3 Enganches a una cesta de Monedas
Son arreglos fijados en relación a un conjunto de monedas de los países con la que se realiza la mayor porción de intercambio comercial.

3. Cambio Fijo
Comprenden aquellos arreglos cambiarios en los cuales el tipo de cambio esta ordinariamente "Anclado" a otras monedas y solo es modificado de forma discrecional y poco frecuente en circunstancias extraordinarias. Dependiendo del país, se divide en lo siguiente:

4. Cambio Único
El tipo de cambio único, como su nombre lo indica, es aquel que rige para todas las operaciones cambiarias, cualquiera que sea su naturaleza o magnitud. Se tolera cierta diferencia entre los tipos de compra y de venta de la divisa como margen operativo para los cambistas en cuanto a sus gastos de administración y operación y beneficio normal. El ideal del FMI es el sistema de cambios únicos, que no admite discriminación en cuanto a las fuentes de origen de las divisas ni en cuanto a las aplicaciones de las mismas en los pagos internacionales.

3.- Historia de las Políticas Cambiarias en Chile

3.1 Política Cambiaria Antes de 1973

Desde 1930 a 1973 la economía chilena se caracterizó por una escasa importancia asignada al sector externo como un factor importante para su desarrollo, razón por la que la política cambiaria estuvo relegada a un segundo plano, sirviendo sólo como complemento otras políticas para el logro de objetivos considerados prioritarios a lo largo de distintos periodos.

Con el objetivo de preservar el funcionamiento de la economía y su nivel de ingreso, ante las fuertes variaciones que pudiese presentar la economía global, se postuló la creación de un sector industrial el cual pudiese sustentar un ritmo de crecimiento mas estable, cuyo desarrollo apoyaría la existencia de demanda interna, la cuál hasta ese entonces era satisfecha con importaciones. Esto hacia necesario proteger dicho sector, lo que hizo necesario instaurar barreras arancelarias y restricciones cuantitativas a la internación de mercaderías, para así asegurar el mercado local.

La política cambiaria se mantuvo prácticamente invariable desde 1932 hasta 1956 y consistió en el establecimiento de una amplia gama de tipos de cambio, tanto para los retornos de las exportaciones como para las importaciones.

En 1956 se intento simplificar las normas de operación del comercio exterior y una reestructuración del sistema de cambios múltiples, dejando un tipo de cambio para las mercaderías y otro para el turismo y transacciones de capital. Esto, buscaba una apertura de la economía al exterior y una revitalización del sector privado como elementos vitales para el crecimiento económico del país, ya que se estimaba que la estrategia de industrialización forzada se había agotado. Luego, hasta fines de la década del sesenta se busco combinar la acción estatal y la del sector privado, de manera de impulsar el crecimiento económico, buscando además, una expansión del mercado interno mediante la creación de acuerdos de integración regional como ALALC y Pacto andino. Esto requería modificaciones en materia de política cambiaria y arancelaria. Así, en la primera se establece una política de tipo de cambio con devaluaciones programadas, con la finalidad de mantener un nivel del tipo de cambio real. En la segunda, se plantea una política de desgravación sistemática tendiente a estableces un arancel externo mínimo.

Durante el periodo 1971 a 1973, el país experimento un proceso acelerado de estatización y un retorno a la idea de crecimiento hacia adentro, lo que condenso todos los problemas que se habían presentado en los periodos anteriores. Además, hubo un quiebre del sistema institucional y un desajuste generalizado de los mercados, entre ellos el sector externo, con un tipo de cambio múltiple, restricciones cuantitativas al comercio y abandono de la etapa iniciada en el periodo anterior.

En síntesis, la estrategia de desarrollo aplicada en Chile en el periodo previo a 1973 tuvo como norma general la industrialización basada en la sustitución de importaciones conjuntamente con un rol activo y de intervención estatal creciente en la economía.

La carencia de objetivos definidos en la política cambiaria condujo a una manipulación indebida del tipo de cambio, lo que conllevo a la aparición de múltiples tasas cambiarias dependiendo de los productos que se importaban o exportaban.

3.2 Política Cambiaria durante el periodo 1973-1989

El marco económico inicial está marcado por un desequilibrio en la balanza de pagos, agotamiento de los recursos internacionales, deuda externa, restricciones no arancelarias y aumento de las tasas de inflación, correspondiendo al Banco Central ser operador y ejecutor de la nueva política cambiaria, lo que permitió al país abandonar la de economía cerrada, iniciando la integración comercial en el exterior;

La función del tipo de cambio fue básicamente la de servir como instrumento regulador del nivel del comercio exterior, adoptando una política cambiaria de pequeñas devaluaciones, efectuadas por el Banco Central., lo que permitió mantener un tipo de cambio acorde con las condiciones económicas impuestas en el corto plazo. Por fechas, las etapas son:

ENE ’73 – JUN ’76: Tipo de cambio reptante, que es devaluar, periódicamente y con ajustes pequeños, el tipo de cambio de acuerdo a la diferencia entre las tasas de inflación doméstica y externa relevantes.

El tipo de cambio fue utilizado como instrumento de incentivos al sector exportador; como instrumento que permita reflejar verdaderamente la relación entre los precios internos y los internacionales., como apoyo a la apertura comercial y financiera al exterior. Además se determinó la necesidad de efectuar, en primer termino, una reducción de los niveles arancelarios vigentes.

JUN ’76 – FEB ’78: se procedió a revaluar el peso en 10% (el dólar baja de $19,75 a $17,77); el tipo de cambio aumento primero en un 4%, y después 3%. Para los periodos siguientes el reajuste del tipo de cambio se hizo en la forma ya habitual, que era la correspondiente a la tasa de variación del IPC habido en el mes anterior.

FEB ’78 – JUN ’79: En febrero de 1978 el gobierno anuncio un cambio de política cambiaria, que consultaba tasas decrecientes de devaluación. Estas equivalían, aproximadamente a la inflación mensual registrada en el mes anterior. Se partió con una tasa decreciente de 2,5%, para llegar en diciembre a 0,7%. Se mantendría esta política durante el año siguiente, teniendo como meta la mantención del tipo de cambio real para garantizar a los exportadores rentabilidad, pero también permitir traer al país los productos que se requieren del extranjero a precios razonables.

JUN ’79 – ’82: Este periodo se caracterizo por un desarrollo acelerado y estable en todas las áreas de la economía (El PGB real creció 8,3% en 1979 y 7,5% en 1980) Entre 1981 y 1982, se produjo una violenta alza en el costo real del crédito interno, introduciendo un tercer elemento que le restaba competitividad a la industria de bienes transables, obligándola a operar con un costo financiero real excesivamente alto.

’83 – ’89: Este período comienza con una total confusión que refleja la crisis total en que se encontraba la economía. Así, en conjunto con la devaluación de 1982, l tipo de cambio se liga a una canasta de monedas, la que se reajustaba diariamente un 0,2%.

La crisis externa generada en el período anterior obligaba a las autoridades a generar recursos externos para hacer frente a la escasez de divisas en que se encontraba el país, se generó una fuerte devaluación en la moneda. Aparte de las devaluaciones se implementa una política de significativo ajuste del gasto público, para que de este modo se le pueda dar un mayor espacio a la devaluación sin producir presiones inflacionarias; el objetivo primordial era hacer frente a la restricción externa (nula apertura de capitales), por lo que la inflación pasó a ser un objetivo secundario; en la última etapa del período fue frecuente modificar la regla de indización del dólar acuerdo por considerarse excesivas las variaciones del IPC (en 1988 se modificó 3 veces); entre junio de 1989 y el primer trimestre de 1990 el tipo de cambio se mantuvo pegado al limite superior de la banda de flotación.

3.3 Política cambiaria en los años 90

La política cambiaria en Chile, experimentó un cambio sustancial después de la crisis de 1982 y 1983. El tipo de cambio se devaluó diariamente. En ese entonces Chile estaba saliendo de una crisis de la deuda, acompañada de gran depreciación; se había llegado a máximos históricos del tipo de cambio oficial. En enero de 1992 la banda de flotación del mercado cambiario fue ampliada +/- 10% con lo que surgió una ola de expectativas revaluatorias alimentadas por ingresos de capitales.

Por ese tiempo y durante varios meses circuló por el Banco Central la proposición de iniciar, dentro de la banda, una flotación “sucia” o regulada. Los que propusieron esta intervención argumentaban que las normas vigentes, de banda pura, con un mercado informal crecientemente activo conducían a un tipo de cambio que se inclinaría hacia los extremos de la banda. La reevaluación brusca de casi 10% del tipo de cambio oficial entre Enero y Febrero de 1992 contribuyó a que el Banco Central iniciase la flotación sucia en Marzo. En ese tiempo, el tipo de cambio observado fluctuó en un rango de entre 1 y 8 puntos sobre el piso; vale decir, habitualmente pegado al piso, con activas compras por el Banco pero también con ventas esporádicas.

La ampliación de la banda creo expectativas respecto de que el Banco Central renunciaba a tratar de frenar presiones revaluatorias y defender la exportación, dando al mercado la determinación de la tasa observada en un rango más amplio. Con la definición de la flotación regulada, el Banco Central volvía a tener una gran capacidad de conducción que permitía fortalecer las variables de largo plazo en la determinación del tipo de cambio que enfrentaban los productores de rubros importables y exportables.

Luego de esta situación el Banco Central se vio presionado por el descenso de las tasas de interés de Estados Unidos; hecho que no pasó a mayores, pues Chile gozaba de un auge notable con una tasa de aumento del PIB situada en dos dígitos. Dada esta situación, el Banco Central quiso elevar en vez de reducir las tasas de interés internas; y aumentó la tasa de encaje para los ingresos de capitales, evitando así un estímulo al arbitraje.

En julio de 1992 se reemplazó al dólar como vínculo directo del tipo de cambio oficial por una canasta de monedas como nuevo tipo de cambio de referencia; hecho que introdujo mayor incertidumbre cambiaria a las operaciones en dólares en el corto plazo. Sin embargo, se dio una mayor estabilidad a los valores en pesos de los retornos de exportaciones. El desempeño efectivo del mercado en esa época, muestra que las apreciaciones cambiarias que se registraron en el periodo tendieron al equilibrio, consistentes además con la desaparición de causas de la crisis de los ochenta y con las mejoras netas de productividad de los productos chilenos.

El escenario de abundancia de flujos de capitales luego del 1995, tuvo al tipo de cambio casi pegado al piso de la banda hasta fines de 1997. Dada la existencia de expectativas abrumadoras a favor de la apreciación y el gran diferencial entre las tasas de rentabilidad esperada entre el peso y el dólar se brindó a los inversionistas extranjeros oportunidades muy lucrativas al refugiarse en la moneda nacional. Más allá de su adhesión formal a una banda móvil, el Banco Central en 1996 y 1997 estaba aceptando la flexibilidad cambiaria hacia la apreciación. A fin de reducir el piso de la banda, las autoridades hicieron ajustes contradictorios de las ponderaciones asignadas a cada moneda, provocando que la vinculación con una canasta de monedas perdiera credibilidad. También hubo una sobreestimación de la inflación externa usada para determinar el tipo de cambio, hecho que generó una reevaluación adicional de 10% entre 1995 y 1997.

Finalmente a fines del 1997, cuando la crisis asiática se sintió y las expectativas de apreciación cambiaron a expectativas de depreciación, el Banco Central frenó fuertemente las presiones al alza del tipo de cambio por la vía de la venta masiva de divisas. A mediados de 1998 se redujo la amplitud de la banda junto con una intensificación de un ajuste liderado por alzas en la tasa de interés de instancia del Banco al 14,5% real; todo ello se hizo para dar la señal de que el Banco Central no cedería a las presiones devaluatorias del mercado. Posteriormente, luego de ampliar la banda a fines del 1998, en septiembre de 1999 se suspendió el compromiso de la banda como un modo de facilitar el ajuste del tipo de cambio.

3.4 Política Cambiaria en el estado actual

Desde el año 2000, la economía chilena se ha visto impactada por variados disturbios derivados del ambiente internacional: por una parte la inestabilidad de economías emergentes, como la Argentina y, por otro, la confirmación de que economías más desarrolladas tendrían desempeños más pobres; como la de Estados Unidos.

En su historia, nuestro país ha experimentado diferentes regímenes cambiarios; hechos que muchas veces terminaron por aumentar, en vez de disminuir, los ajustes macroeconómicos. La razón se basa en que una economía como la chilena, pequeña, abierta al exterior y rica en recursos naturales debe tener un tipo de cambio real que fluctúe de forma considerable.

En 1999 el Banco Central tomó un régimen de flotación que ha permitido que la política monetaria sea usada para objetivos inflacionarios, hecho que además, ha permitido que el tipo de cambio sea una variable importante que absorbe los shocks externos, haciendo que los ajustes sean más eficientes y menos costosos.

En este régimen de flotación, el Banco Central no puede tratar de fijar un precio para el dólar y se permite que el mercado encuentre el equilibrio adecuado y congruente con los fundamentos de la economía. Hasta el 2001, el tipo de cambio real se depreció en términos reales casi un 30% respecto de 1999, dada la caída de los términos de intercambio y el deterioro del crecimiento internacional. La caída mencionada en términos de intercambio, implica que las exportaciones son más baratas que las importaciones, es decir, la valoración relativa por los bienes nacionales es menor internacionalmente.

El presidente del Banco Central, Sr. Vittorio Corbo ha mencionado que “el marco de políticas macroeconómicas que se han perfeccionado en Chile en los últimos 15 años, incluyendo la flotación del tipo de cambio, es el más apropiado para una economía pequeña, integrada al resto del mundo que está sujeta frecuentemente a estos cambios en su entorno.”

Hoy en día, Chile continúa en un ciclo expansivo y relativamente ordenado con excelentes condiciones externas. La caída del tipo de cambio real se basa en favorables términos de intercambio, muy influenciados por el alto precio del cobre. Por otro lado, el Banco Central ha seguido un proceso de reducción gradual del estímulo monetario con aumentos de la tasa de interés y el valor de las exportaciones ha alcanzado sus máximos niveles en el primer trimestre de 2006. De la misma forma, la apreciación real del tipo de cambio a partir del segundo trimestre de 2006 (8% más que el promedio entre los años 1999 y 2005) ha hecho que los intercambios estén sobre promedios históricos y los costos de financiamientos externos estén históricamente bajos.

Chile ha optado por este régimen de flotación cambiaria por sus experiencias anteriores y por una mejor compresión de los fenómenos involucrados. Se dice que de los años 70 se aprendió de la disciplina fiscal, en los 80 de la financiera y en los 90 de la flexibilidad cambiaria. Lo destacable de está flotación es la flexibilidad que se tiene para hacer frente a choques externos reales, favoreciendo una respuesta rápida a través de los precios relativos con menor impacto en el producto y el empleo. Este régimen de flotación facilita ajustes a choques financieros internacionales y no permite que el país esté tan vulnerable a una crisis de balanza de pagos. También, es destacable que el tipo de cambio flexible permite implementar políticas monetarias autónomas, enfocadas al logro de una meta de inflación que permita estabilizar el producto en torno al producto potencial. Por último, es preciso mencionar que la actual política cambiaria genera más incentivos al sector privado, llevando a menores niveles de endeudamiento externo, una menor dolarización de pasivos domésticos y una asignación más eficiente del riesgo cambiario al interior de la economía.

Sin lugar a dudas, la adopción de un régimen de flotación cambiaria da flexibilidad, evitando costosos ajustes ante alteraciones de condiciones, tanto externas como internas. Este sistema de flotación, más el sistema financiero sólido imperante hoy en día, han evitado las crisis cambiarias en nuestro país.

4.- Conclusiones

  • En el periodo 1930 a 1973, la economía chilena se caracterizó por una escasa importancia asignada al sector externo como un factor importante para su desarrollo, razón por la que la política cambiaria estuvo relegada a un segundo plano, sirviendo sólo como complemento otras políticas para el logro de objetivos considerados prioritarios a lo largo de distintos periodos.
  • En el periodo de 1973 a 1990, Entre el 73-76 se mantuvo vigente la política cambiaria, arancelaria y de fomento de exportaciones, que permitió duplicarles en un año, excluyendo el cobre. Entre los años 77-78 se creo una situación de competencia externa se estableció una mas estrecha relación entre el nivel del arancel y el tipo de cambio; El periodo de los años 79-82 se caracterizo por un desarrollo acelerado y estable en todas las áreas de la economía (El PBI real creció 8,3% en 1979 y 7,5% en 1980y 8,3% promedio de los nueve meses de 1981 con relación a igual lapso de 1980). Entre los años 83-89. el objetivo primordial en esta época era hacer frente a la restricción externa (nula apertura de capitales), que atravesaba el país, por lo que la inflación pasó a ser un objetivo secundario. La banda de flotación se amplió en sucesivas ocasiones durante este período. Comenzó con un 0,5% en 1984, lo que era visto como un precio razonable entre los precios de compra y venta. En junio de 1985 se amplió cerca del 2%, en enero de 1988 a cerca del 3% y en junio de 1989 a casi el 5%.
  • En la década de los 90, La banda de flotación establece que el sistema pueda resultar excesivamente manejado por el gobierno. Sin embargo, ello brinda la posibilidad a las autoridades de intervenir directamente cuando las circunstancias lo requieran, en función de proteger los intereses de la nación.
  • A contar de 1999 hasta hoy, en chile se estableció el mercado de libre flotación para el dólar lo que permitió a través de la aplicación de una buena política monetaria, mantener los índices macroeconómicos que convirtieron a chile en una de las economías más estables de América.

[1] Paridad Cambiaria: La teoría de la paridad cambiaria se basa en el concepto de que la política cambiaria debe utilizarse para mantener el equilibrio del sector externo de la economía. Esta teoría plantea que la tasa de cambio de equilibrio en el largo plazo es aquella que permite alcanzar el equilibrio de la balanza de pagos en un determinado periodo de tiempo. Esta paridad cambiaria es la relación entre la inflación interna del país y las inflaciones de los países con que comercia. Si la inflación interna del país es mayor, se encuentra en una situación de atraso cambiario, mientras que la situación inversa implica una posición de adelanto cambiario.